Los seis abogados de Israel se sientan en primera fila frente a los 15 jueces de la Corte Internacional de Justicia, máximo tribunal de la ONU. Detrás de ellos les acompañan medio centenar de asesores, representantes e incluso familiares de personas secuestradas por Hamás en los ataques del 7 de octubre. Los magistrados tendrán que decidir si Israel está cometiendo un genocidio en Gaza, así como si ordenan a Israel detener la ofensiva como medida cautelar.
Israel se enfrenta al mayor desafío legal desde el inicio de la ofensiva, que en poco más de tres meses deja más de 23.700 muertos (10.000 niños), según cifras del Gobierno –controlado por Hamás–, el 85% de la población desplazada (de un total de 2,2 millones) y 500.000 personas que no tendrán casa a la que volver por la destrucción masiva de edificios.
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