En 1994, el Consejo Nacional de Deportes de Sudáfrica votó para eliminar el nombre y emblema del Springbok del equipo de rugby, la gacela sudafricana de cara blanca utilizada como símbolo nacional del gobierno del apartheid. Cuando Nelson Mandela se enteró, fue allí para evitar el cambio. El rugby, símbolo de opresión por parte de los afrikáneres hacia la mayoría de población negra, se convirtió en un arma para reconciliar a blancos y negros para el recién elegido presidente del país. Su objetivo se cumplió: en 1995, Sudáfrica venció en su primer Mundial de Rugby como anfitrión y en 2023 se ha convertido en el país más laureado con cinco títulos.