Una caja bien embalada, protegida bajo una mesa robusta, guarda la antigua y valiosa vajilla de la madre de Lyudmila. Desde que los bombardeos se multiplicaron en Chasiv Yar, una de las localidades más próximas al frente de Bajmut, la mujer de 63 años empaquetó las elegantes piezas de porcelana soviética, de las que “ya no se encuentran”, para evitar su pérdida en caso de bombardeo. La señora llamó a un grupo de voluntarios para trasladar a sus mascotas a lugar más seguro.