La gracia de Eugeni Jofra Bafalluy estaba en los silencios. Durante los años 80, tras una notable carrera musical junto a su pareja artística y sentimental Conchita Alcaide, el llamado Eugenio halló la fama contando chistes. Chistes de diverso origen: de su propia invención, escuchados en el bar... El impacto que su relato causaba en el público no se debía tanto a estos como a una puesta en escena particular, según la cual Eugenio aparecía vestido de negro, con unas gruesas gafas, intercalando caladas a su cigarro o sorbos a su cubata.