10 de marzo de 1977. Roman Polanski lleva a Samantha Gailey a casa de su amigo Jack Nicholson. "La incitó a meterse en un jacuzzi, la animó a desnudarse, le dio un Quaalude, la siguió a donde estaba sentada en un sofá, la penetró analmente y eyaculó". Entre el despliegue de detalles que la ensayista Claire Dedere descubrió sobre este terrible episodio, extrajo una conclusión: "Violación anal de una niña de 13 años". La autora estaba recopilando información para escribir un libro sobre el cineasta, pero aquel suceso resquebrajó sus principios, entrañas y contradicciones para siempre: ¿Cómo conviviría a partir de entonces con su admiración por el cine del director polaco?
"Se suponía que no debía gustarme su obra, ni debía gustarme él.
Leer más: Qué hacemos con las obras de los 'Monstruos' que seguimos admirando