El pasado martes por la noche, el Gobierno valenciano aplazaba una de las fiestas más internacionales de España a causa del coronavirus. Las Fallas de València se suspendían -se celebararán, con suerte, del 15 al 19 de julio-. Escasas horas después, Escif añadía un detalle a la estructura que había diseñado para el Ayuntamiento de València. Un gesto que lo cambiaba todo.
La falla consistía en una gran estructura que representaba a una mujer sentada, con los ojos cerrados y en una posición de meditación conocida como loto. Iba a colocarse en el centro de la plaza y estaba pensaba para poder ejercer un giro de 360 grados, al ritmo del movimiento de la Tierra.