Cuando uno ve un combate de lucha libre en la televisión siempre suele encontrar el mismo tipo de ‘gladiador’. Hombres muy masculinos, corpulentos, que desprenden testosterona en sus movimientos. Ahí estaban Los Sacamantecas, Hulk Hogan o El último guerrero. Todos respondían al mismo estereotipo de hombre. No había hueco para otro tipo de masculinidad… o al menos no nos la mostraban. Desde hace décadas, en México existe un tipo de luchadores que se les conoce con el nombre de 'exóticos' y que se visten con atuendos propios del mundo drag y luchan desafiando la heterosexualidad normativa.