Lo que molesta a Achille Mbembe de ese invento llamado “política de la identidad” que usa la derecha para criticar a quienes defienden los derechos humanos fundamentales, es el uso de la identidad para oprimir y excluir, precisamente, a personas. Para racializarlas y deshumanizarlas. Aquellos que usan esa crítica son los que no creen, asegura, en una humanidad común. Son los mismos que están dispuestos a estigmatizar las razas distintas. Usan la identidad como arma para brutalizar aún más a los más débiles, y como palanca para reclamar un estatus de víctima auténtica.
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