Fui a ver al Ballet de Montecarlo, en concreto su producción de COPPÉL-I.A. en los Teatros del Canal. Yo recordaba haber visto una versión de Coppelia con trajes y decorados de Sigfrido Martín Begué, un tema, el de los autómatas articulados, que a Sigfrido le iba como anillo al dedo y para el que creó una escenografía y unos trajes maravillosos. Esto ocurría en un teatro madrileño, probablemente el teatro de la Zarzuela en la década de los 90. Sigfrido siempre me decía que debería dirigir alguna zarzuela, me recomendaba La Gran Vía y que él se encargaría de todo lo visual.