"Los niños saben perfectamente que los unicornios no son reales", afirmaba Ursula K. Le Guin en Conversaciones sobre la escritura (Alpha Decay), "pero también saben que en los libros sobre unicornios, si son buenos, son reales".
La que probablemente sea la mejor escritora americana de ciencia ficción y fantasía del siglo XX sostenía que para conseguir una conexión con el lector que convirtiese en veraces los mundos imaginados, quien escribía debía comprometerse no solo con lo narrado, sino con los valores que todo texto transmite de forma inevitable.