Pau Donés viajaba a Donostia con Fernando de France, el productor audiovisual que le descubrió como artista, cuando surgió la idea del nombre del grupo: Jarabe de Palo. Una expresión coloquial que, según la RAE, se usa "para aludir a una paliza como medio de disuasión o de castigo". Sonaba bien. Pau aceptó, todavía sin saber que con aquel seudónimo le convertiría en un referente dentro de la música española.
"Vuelvo porque de nuevo la música a mi cabeza ha vuelto", cantaba Donés a principios de abril desde el balcón de su casa, más delgado de lo habitual pero con energía para darnos "una receta que te hará sentir mejor".