La Comisión Europea propone un retraso de tres años en la entrada en vigor de los aranceles para la venta del coche eléctrico con el Reino Unido ante los problemas que ha enfrentado la industria para desarrollar las baterías, que constituyen buena parte del valor de los vehículos. Con el Brexit, se estableció un impuesto del 10% en la compraventa de vehículos eléctricos que no tuvieran al menos el 45% de su valor 'Made in Europe' (o en Reino Unido), pero se dejó para más adelante.