Hay tres letras que todos los analistas repiten estos días: la V, la U y la L. Cada una describe una potencial curva de evolución de la economía en tiempos de coronavirus:
La V augura una caída rápida seguida de un crecimiento igual de rápido. Las fábricas chinas están cerradas y los contenedores con productos no salen de los puertos. Las cadenas globales de suministro se han ralentizado, pero en cuanto el país se ponga en marcha todo volverá a ser como antes: las empresas que importen de China estarán ávidas de material y la "demanda embalsada" (la que no compraba porque no había oferta, no porque no quisiera) hará que la recuperación sea rápida.Leer más: La economía mundial entra en doble ‘shock’ por el coronavirus