Finlandia y Suecia sacan consecuencias positivas como balance global de sus 25 años de pertenencia a la Unión Europea (UE), con matices en el caso finlandés por la contribución a los rescates financieros durante la crisis del euro y con la consideración de las autoridades suecas del papel central para el crecimiento de su país.
Finlandia, Suecia y Austria se sumaron al club comunitario el primero de enero de 1995, en la que fue la quinta ampliación de la UE y con la que los socios europeos pasaron de 12 a 15, lo que supuso un incremento del Producto Interior Bruto (PIB) de la entonces Comunidad Económica Europea (CEE) del 6,9 % al ser países más ricos que la media comunitaria.
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