El acuerdo para el reparto del poder firmado hoy en Riad entre el Gobierno yemení reconocido internacionalmente y los separatistas sureños deja atrás el "golpe de Estado" del pasado agosto y pone un punto y aparte en sus tensas relaciones, gracias en buena parte a la presión ejercida por Arabia Saudí.
Negociado en las ciudades saudíes de Yeda y Riad en las pasadas semanas, el pacto estipula la creación de un nuevo Ejecutivo con 24 carteras repartidas a partes iguales entre los secesionistas, liderados por el Consejo Transicional Sureño (CST), y el Gobierno del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi.
Arabia Saudí, que interviene militarmente en el Yemen desde 2015 contra los rebeldes hutíes -que se levantaron en armas en 2014 y conquistaron amplias áreas del norte y oeste del país, expulsando al Ejecutivo de la capital-, medió entre la Administración de Hadi y los separatistas, apoyados a su vez por Emiratos Árabes Unidos (EAU).
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