Ataviado con un chaleco antibalas y rodeado de soldados, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, promete que esta guerra no se acabará hasta que se complete la misión: "eliminar a Hamás". "Será una guerra poderosa, mortífera, precisa y que cambiará la situación para siempre".
La actual campaña masiva de bombardeos es solo la primera fase de esa guerra. "Nuestra responsabilidad ahora es entrar en Gaza e ir a los sitios desde donde Hamás se organiza, opera, planifica y dispara.