Los niños de Gaza. Las niñas de Kabul. Los jóvenes votando a Milei en Argentina. La cúpula judicial en España, inmersa en su propio carnaval de egos y parafernalias. Ucrania. Trump. El número de suicidios que no cesa. La homofobia que ve en un cartel lo que no quiere ver en casa. Las adicciones, tan silenciadas a grito limpio. La sequía: concreta, palpable. La privatización del estrés. El ruido que nos acecha cada vez más. ¿Qué hacemos ante tanta impotencia?
La actualidad nos viene dada, cerrada como una fábrica de impactos. Cada noticia parece ser un nuevo puñetazo en el ring de lo cotidiano.