En los años 90, una generación de directores se hicieron un nombre realizando videoclips para los artistas más conocidos de la época. David Fincher, Jonathan Glazer, Anton Corbijn… todos ellos acabarían en una industria del cine que necesitaba nuevas voces y que vio en sus estilos ?modernos, vanguardistas y sin los anquilosamientos de Hollywood? una oportunidad perfecta para revitalizarse. Entre esos nombres se encontraba el de Michel Gondry. El director francés se había convertido en un icono dirigiendo los videoclips de Björk, Massive Attack, The White Stripes o The Chemical Brothers.