Mostrar el lado bueno de las cosas ha sido la meta de algunas de las películas más destacadas de esta 67ª edición del festival de cine de San Sebastián, como Rocks o como la gran premiada de la noche, Pacificado. La primera poniendo el foco en los suburbios londinenses, donde conviven familias diversas procedencias, culturas y creencias y donde las nuevas generaciones de británicos conforman un microcosmos de tolerancia y heterogeneidad.
El filme brasileño que se ha hecho con la Concha de Oro, por su parte, ha querido destacar la otra cara de las favelas de Río de Janeiro. Nacida de una colaboración creativa de siete años entre la comunidad de Morro dos Prazeres y el guionista y director Paxton Winters, Pacificado ofrece un retrato íntimo y alentador de una familia que intenta hallar la paz en el campo de batalla al que llaman hogar.