(LondresTV) Carlos Wizard Martins es un multimillonario empresario brasileño que aparece en la lista de millonarios de la famosa Revista Forbes y ahora añade a su fama global no solo la cantidad de millones que abultan sus cuentas bancarias, sino su labor filantrópica al ayudar a miles de migrantes venezolanos que han llegado al estado brasileño de Roraima.
Los migrantes venezolanos ven en Martins algo que va más allá de su fortuna: la oportunidad que les brinda de una nueva vida. Martins de 62 años vive en Boa Vista, capital de Roraima con su esposa y allí se radicó cumpliendo una misión de la Iglesia Mormona de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, a la cual pertenece desde la adolescencia.
Martins vivió en carne propia lo que siente un migrante porque a los 17 años migró a Estados Unidos y sintió lo que es llegar sin nada a otro país.
Jovial, característica de la personalidad de Martins, dice que “a veces se siente como si fuera un empleado de un Centro de Llamadas o “Call Center”, por la enorme cantidad de mensajes que reciben sus voluntarios en su Whatsaap” en la red migratoria que dirige.
La flexibilización de los trámites para migrar a Brasil hecha por el presidente Jair Bolsonaro ha hecho que ese destino sea uno de los más solicitados por los venezolanos que huyen de sus país por la crisis económica y social, además de la política que agobia a Venezuela. Además de la cercanía y fácil acceso por vía terrestre desde el fronterizo estado venezolanos de Bolívar.
Al gigante del sur han migrado un aproximado de 120 mil venezolanos desde 2016. Este éxodo ha cambiado la faz de ciudades como Boa Vista y Pacaraima, las más cercanas a la frontera con Venezuela. Unos 13 refugios arropan a unos 7 mil venezolanos. Otros no corren con igual suerte y duermen a la intemperie. La solución que presenta y defiende el empresario brasileño es trasladar a los migrantes a otros estados y con ello incrementar las probabilidades de éxito de ´´estos y evitar la sobrecarga del estado de Roraima. Desde agosto de 2018, el gobierno de Brasil ha trasladado a otros estados unos 8.755 venezolanos, mientras que la red de voluntarios de Martins lo ha hecho con 3.000 más.
Martins con su visión de empresario busca soluciones, Así las cosas, cerró un acuerdo con varias aerolíneas para utilizar los asientos vacíos que viajaban desde Boa Vista a otras ciudades.
Y la estrategia continúa. Martins analiza el perfil de las familias o de los individuos a los fines de recolocarlos con la colaboración de su amplia red de voluntarios que brindan apoyo a los migrantes hasta que consiguen un empleo. Dice Martins que en un 90% de los casos eso ocurre en un plazo de dos meses. Arma así el rompecabezas.
Se acuerdan de la red de Escuelas de Inglés Wizard, pues Martins Wizard era su dueño. La vendió y así amasó gran parte de la fortuna que hoy ostenta. Los venezolanos lo conocen como “el hermano Carlos” y por su forma de ser y de vestir, Martins pasa desapercibido en Boa Vista.
El filántropo es una especie de santo para los migrantes venezolanos. Según medios y agencias de noticias internacionales lo que se dice de Martins impresiona. “Es un hombre muy bondadoso, causa impresión ver cómo te da ánimo y te hace sentir bien”, relata un migrante venezolano que llegó a Brasil con su familia y que ahora están residenciados en Sao Paulo gracias a Martins. El hombre ex guardia de seguridad en Caracas no tiene trabajo aún pero ya posee documentos y vive en un apartamento tipo estudio subvencionado por la iglesia mormona.
El empresario brasileño inculca a los migrantes que esto no debe ser visto como una acción populista o asistencialista, porque la idea es darles herramientas para que ellos se defiendan solos en el menor tiempo posible y sin episodios traumáticos. Loable.
Martins relata algo curioso. Los venezolanos cuando van a dormir no apagan la luz, les tenemos que explicar que en Brasil es diferente. “Pero no les recriminamos, les entendemos, porque en Venezuela la electricidad, el agua potable y hasta el gas es casi gratuito, es un asistencialismo que les ha hecho mucho daño a nuestros hermanos”.
El empresario jamás ha visitado Venezuela, ni siquiera ha ido a la frontera con ese país, a pesar de conocer casi una cincuentena de países alrededor del mundo. Sonríe al decir esto.
Martins, padre de seis hijos, visitó 45 países pero nunca puso un pie en Venezuela. “Ni en la frontera”, subraya riendo. Se lamenta que le critiquen en su propio país por ayudar a extranjeros y no a los pobres de Brasil a lo cual Martins responde: “No podemos perder la perspectiva, porque no es lo mismo que tú vivas en tu propio país y tengas beneficios pocos o no tanto, pero eres nacional, a un migrante que llega a otro país casi con lo que tiene puesto encima, lo cual lo coloca en una situación de alta vulnerabilidad”.
De aquí a junio de 2020, cuando termina la misión, Martins espera que los refugios de migrantes venezolanos que existen en Brasil se vacíen. Al respecto señala: “Si una iglesia da refugio a 3.000 migrantes, con diez que hagan lo mismo la misión está cumplida”.
Con información de AFP. (Jueves 11 de julio de 2019)