El futuro del toledano aeródromo de Ocaña es un galimatías aún sin resolver. Tras una primera subasta fallida en 2022, en la que se llegó a adjudicar por 7,5 millones, Servicios y Estudios para la Navegación Aérea y la Seguridad Aeronáutica (SENASA) lo puso a la venta por segunda vez -sin subasta en esta ocasión- la pasada primavera, por un precio de salida de 2.650.000 euros, más del doble del que tuvo en la subasta.
Esta operación, según traslada a este medio Belén Muñoz, subdirectora de Planificación y Recursos Corporativos de SENASA -entidad dependiente del Ministerio de Transportes Movilidad y Agenda Urbana y propietaria de la instalación-, está cerca de cerrarse.