"Queremos quitar la bandera gay. La orientación sexual de cada uno en su casa y en su cama”. La declaración anterior, aunque parezca propia de otra época, fue dicha en 2019 por un representante de Vox. El partido de extrema derecha decía sin tapujos que quería que las personas del colectivo LGTB vivieran su sexualidad fuera de las calles. Escondidos, sin mostrarse en público. No querían verles. Ejercían homofobia desde su tribuna y extendían un mensaje de odio contra un colectivo que ya sufrió durante muchas décadas la marginación y el señalamiento en nuestro país.