Hay dos cosas que cualquier entrevistador del mundo conoce antes de citarse con James Ellroy (Los Angeles, 1948): desprecia las preguntas sobre actualidad política y en cualquier momento puede ponerse a ladrar. El autoproclamado demon dog (perro demoníaco) se ha labrado una fama difícil entre la prensa que le resulta divertida, pero por suerte es un disfraz de quita y pon. En la promoción de Pánico (Random House) no hay apenas demonio, aunque quedan los restos del perro.
El célebre escritor aparece en una cafetería de Madrid con su casi metro noventa, una camisa con motivos hawaianos y un pin de Ucrania en la solapa.
Leer más: James Ellroy: "Quería cagarme en Hollywood porque es un lugar de depravados"