Como fogonazos de color sobre un mapa oscuro quedan reflejados los movimientos de los barcos que operan en el mar, una pista que los investigadores están cotejando con otros datos para destapar a los que pescan de forma ilegal.
La organización independiente Global Fishing Watch acaba de presentar esta semana en Roma, junto a la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y otros socios, un “atlas” mundial sobre el uso de una tecnología avanzada para controlar la actividad pesquera.
Por seguridad en la navegación, los grandes buques están obligados a indicar su posición mediante el Sistema de Identificación Automática (AIS) y, por cómo se mueven, un algoritmo determina si están “aparentemente” pescando.
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