Era 20 de agosto cuando el entonces presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, le plantaba un beso no consentido a la jugadora Jenni Hermoso durante la entrega de premios en la final del Mundial. Fue el inicio del #SeAcabó, un movimiento que volvió a poner la violencia machista en el foco público, muy especialmente el acoso en entornos profesionales. Fue también un punto de inflexión: las consultas sobre acoso sexual se multiplicaron. La secretaria de Mujeres e Igualdad CCOO, Carolina Vidal, ha confirmado este lunes que el Observatorio de acoso y por razón de sexo del sindicato duplicó y hasta triplicó sus visitas durante los días posteriores a que estallara el #SeAcabó.
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