En 1989, los alemanes del este salían a la calle para protestar contra el decadente régimen comunista de la República Democrática de Alemania (RDA). Al otro lado del muro de Berlín, sin embargo, la lucha feminista se concentraba con éxito en otra importante causa: formar y dar visibilidad a las mujeres artistas.
El año en que acabó cayendo el muro de Berlín, la Asociación Goldrausch, surgida en el oeste berlinés, lanzaba su primer programa de apoyo para las creadoras. Consistía en un año de acompañamiento y formación que culminaba con una exposición. Hoy sigue haciéndose.
Hydra se llama la muestra de este año, que tiene lugar en la Haus am Kleistpark, un centro de exposiciones público situado en el distrito de Tempelhoff-Schöneberg, al sur de la capital alemana.
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